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Las mejores empanadas de Madrid 2025



Mai e Matucha (Las mejores empanadas Madrid 2025) - GastroSpain (3)

Madrid huele ya a masa recién horneada y a rellenos que despiertan memorias de infancia. Sin duda, las empanadas se elevan al rango de ritual gastronómico en cada barrio de la capital. No se trata solo de comer, sino de celebrar tradición, autenticidad y creatividad con cada una de ellas. Porque quienes las cocinan han decidido recuperar lo de siempre, y al mismo tiempo reinventar lo que llevábamos años deseando probar.


En un escenario culinario que se transforma con rapidez, estas empanadas se convierten en refugio. Masa artesanal, técnicas heredadas, rellenos de temporada, ingredientes locales y combinaciones atrevidas: todo arropado por ese deseo de ofrecer algo más que un aperitivo, algo que hable de origen, de cultura, del pulso vivo de Madrid. No importa si buscas el consuelo de lo conocido o la sorpresa de lo nuevo: este año, las empanadas claman por ser descubiertas.


Desde rincones humildes hasta espacios urbanos con alma, Madrid exhibe una escena empanadera que se ha encendido con fuerza. Las mejores empanadas de Madrid 2025 no se conforman con estar presentes: se contagian, se comparten, generan conversaciones y deseos. Y cuando das el primer mordisco, sabes que estás frente a algo especial: un puente entre lo auténtico y lo contemporáneo que merece ser protagonista en tu mesa.




Productos Zabala


Si hablamos de empanadas en Madrid, hay un nombre que se repite una y otra vez entre los amantes de esta icónica elaboración: Productos Zabala. Su historia es la de un viaje gastronómico que empezó en Buenos Aires en 1963, con las primeras hornadas de pizzas y empanadas, y que pocos años después cruzó el Atlántico para asentarse en la capital española. Desde 1967, Zabala ha sabido conquistar a generaciones de madrileños con una propuesta sencilla pero infalible: calidad, tradición y sabor auténtico.


El primer obrador que abrió en Madrid se quedó enseguida pequeño. El éxito obligó a trasladar el negocio a su actual tienda de Paseo de Perales, 4, que se ha convertido en lugar de referencia para quienes buscan empanadas artesanas de verdad. Con el tiempo, la demanda creció y en 2002 la marca inauguró una fábrica en Leganés, desde donde da servicio a mayoristas y empresas, manteniendo intacto ese sello artesanal que ha sido la clave de su trayectoria.


En Productos Zabala no se conciben las prisas: cada empanada se elabora de forma tradicional, cuidando ingredientes y procesos, siempre bajo estrictas medidas de higiene y seguridad. El resultado es un catálogo tan variado como tentador, capaz de conquistar desde al más clásico hasta al más curioso.


Entre sus empanadas de hojaldre destacan joyas como la de salmón y Philadelphia, con un relleno cremoso y elegante, o la de bonito del norte, que sabe a mar en cada bocado. Los amantes de los sabores más contundentes encuentran en la de carne un valor seguro, mientras que propuestas sorprendentes como la de bacalao con pasas o la de bacon con Philadelphia y dátiles rompen esquemas con combinaciones atrevidas.


Por otro lado, las empanadas de pan rinden homenaje a la tradición española. La de lacón y chorizo es un éxito en cualquier mesa, la de mejillones en escabeche sorprende por su intensidad, y la de pulpo gallego está pensada para los paladares más exigentes.


En definitiva, Productos Zabala no solo ofrece empanadas: ofrece historia, raíces y un sabor que ha sabido acompañar a Madrid durante más de medio siglo.





Moega


Pocas cosas evocan mejor a Galicia que una buena empanada. Y en Madrid, ese pedacito de tradición tiene nombre propio: Moega. Esta pequeña panadería del Barrio de las Letras cumple en 2025 diez años siendo la referencia indiscutible para quienes buscan el sabor auténtico de la tierra gallega sin salir de la capital. Tras su mostrador blanco y su obrador a la vista, Manuel Cabana hornea a diario panes de gran calidad, aunque la verdadera estrella de la casa son, sin duda, sus empanadas.


Desde el inicio, la filosofía de Moega ha sido clara: rescatar los sabores de siempre y elaborarlos de forma artesanal. Para ello utilizan harinas de trigos del norte de Galicia, un ligero toque de maíz, aceite de oliva virgen extra y su propia masa madre. Nada de fórmulas rápidas ni atajos modernos, aquí todo se hace al modo tradicional, lo que se traduce en empanadas finas, ligeras y con un sabor elegante e inolvidable.


En su vitrina se exhiben siete variedades que pueden comprarse por cuartos, mitades o enteras. La empanada de zamburiñas es el gran hit, esa receta que se ha convertido en la favorita de muchos clientes habituales. Tampoco faltan clásicos como la de atún o la de carne, imprescindibles para quienes buscan lo de siempre, ni rellenos muy gallegos como los de sardinas, bacalao o pulpo, que trasladan directamente a la costa atlántica en cada bocado. Además, Moega ha sabido adaptarse a los nuevos tiempos con una empanada vegana que ha conquistado a quienes prefieren una propuesta sin productos animales pero llena de sabor.


El local es pequeño, sencillo y acogedor, pero esa humildad es parte de su encanto. No pretende ser más de lo que es: un lugar donde la tradición gallega se respeta y se celebra cada día. Y quizá sea esa autenticidad lo que ha enamorado tanto a gallegos como a madrileños en esta década de recorrido.

Con diez años a sus espaldas, Moega se ha convertido en parada obligada para los amantes de la buena empanada. Un rincón que demuestra que la tradición, cuando se cuida, se convierte en excelencia.

Instagram: @moegapanaderia



 

Mai e Matucha


Dicen que la cocina gallega es memoria y también es carácter. Eso es precisamente lo que representa Mai e Matucha, un obrador en Madrid que ha logrado unir dos visiones complementarias: la tradición de siempre y la rebeldía de lo nuevo. Bajo este concepto nace un proyecto que convierte cada empanada en un homenaje a Galicia, elaborado con mimo, con sentidiño y con ingredientes 100% naturales.


Mai es la voz de la experiencia: la cocina de toda la vida, la de olores familiares y recetas que nunca fallan. Matucha, en cambio, es pura energía creativa, el espíritu inquieto que reinterpreta los clásicos y se atreve con propuestas diferentes. Juntas dan forma a una marca que honra sus raíces sin dejar de reinventarse.


En el horno de Mai e Matucha se trabaja como antes: masa hecha a mano, rellenos generosos y productos frescos que llegan directamente de Galicia. Nada de conservantes ni artificios modernos, solo artesanía pura y mucho cariño. El resultado son empanadas que no solo alimentan, sino que emocionan por su intensidad y autenticidad.


La carta es un verdadero recorrido por la despensa gallega. Están las opciones más clásicas, como la empanada de atún con pimiento asado o la de carne de ternera, junto a propuestas con identidad propia como la de cocido gallego o la de grelos y chorizo de mosteiro. También sorprenden combinaciones como la de mejillones y chorizo, la de parrochiñas o la de zorza, mientras que la de pollo y champiñones, verduras, xoubas y zamburiñas completan una oferta que no deja a nadie indiferente.


Además de las piezas enteras, Mai e Matucha ofrece las populares empanadiñas, perfectas para un picoteo informal o para quienes quieren probar varias variedades sin renunciar a nada.


Con cada empanada, Mai e Matucha demuestra que Galicia está muy presente en Madrid. Una propuesta que combina raíces y modernidad, siempre con ese equilibrio entre cariño y rebeldía que las hace únicas.





Vicenta Empanadas


En Madrid ya no hace falta viajar a Buenos Aires para saborear empanadas auténticas: basta con acercarse a Vicenta Empanadas, el proyecto de Fernando Trocca, chef bonaerense que ha dedicado su vida a reinterpretar la tradición argentina con un sello personal y contemporáneo. Su pasión nació en la cocina de su abuela Serafina, creció bajo la tutela de maestros como Gato Dumas y Francis Mallmann, y se consolidó tras recorrer Europa para aprender de los grandes. El resultado hoy se saborea en cada bocado de estas empanadas artesanales.


El concepto de Vicenta es claro: artesanía pura. Aquí no hay atajos, cada masa y cada repulgue se trabajan a mano, como dicta la tradición. Los rellenos se elaboran con especias regionales y productos seleccionados, destacando el uso de carne de la sierra de Guadarrama, que aporta carácter y proximidad a su propuesta.


En la carta encontramos seis variedades que conquistan por igual a nostálgicos y curiosos: la empanada de carne picante con roast beef especiado, la de humita con maíz regional, la de verdura con acelga, queso y nuez moscada, la de cebolla y queso con un irresistible toque caramelizado, la de jamón y queso al estilo clásico, y la de pollo con pimientos, aceitunas y huevo duro. Todas ellas, siempre 100% artesanales, con masas frescas y rellenos generosos.


Además, Vicenta ofrece una propuesta flexible y pensada para todos los apetitos: desde el menú de 3 empanadas hasta el de 12 empanadas, pasando por opciones de 4, 6 u 8 piezas, e incluso un menú específico Veggie con tres variedades sin carne. Perfecto tanto para una comida rápida como para compartir en grupo.


Hoy, Vicenta Empanadas cuenta con varios locales en Madrid: en Augusto Figueroa, 23, en Felipe Fraile, 5 (con servicio de recogida) y en calle Zabaleta, 1. Espacios acogedores donde la masa cruje, el relleno sorprende y el sabor se queda grabado en la memoria.


En definitiva, Vicenta Empanadas es un homenaje a la tradición argentina desde Madrid, con la autenticidad y el cariño que solo un maestro como Fernando Trocca podía imprimir en cada pieza.




Graciana


Desde 2014, Graciana se ha consolidado en Madrid como uno de los referentes indiscutibles para probar empanadas argentinas de verdad. Su filosofía es clara: trabajar con productos frescos y naturales, respetando la tradición desde la masa hasta el relleno. Por eso, sus creaciones no son simples empanadas, sino “Gracianas”, las originales y las únicas con nombre propio. Y lo mejor es que ahora también cuentan con versiones sin gluten, para que nadie se quede fuera de la experiencia.


La variedad de sabores que ofrece Graciana es tan amplia como sorprendente. En el apartado de carnes encontramos opciones clásicas como la de ternera tradicional o la de pollo, junto a propuestas más elaboradas como la ternera mechada con ají dulce y salsa Perrins, el ossobuco a la naranja, el rabo al Malbec o el cordero mapuche. También destacan combinaciones más atrevidas, como la de chancho a la cerveza tostada con mostaza y miel o la de pato con setas y tartufatta.


Quienes prefieren rellenos de pescado pueden elegir entre la empanada de atún con verduras o el original lomo peruano, mientras que los amantes del queso encontrarán un festín en versiones como la de roquefort y apio, la de chorizo criollo con provolone o la de jamón, piña y Torta del Casar. Además, su oferta vegetal no se queda atrás: desde la tradicional humita de maíz hasta combinaciones como calabaza y mascarpone, alcachofas con shiitake, espinacas con ricotta o la vegana de “pollo” de soja y calabaza con especias ras al hanut.


El toque dulce lo ponen sus empanadas de manzana con canela o la de Nutella, perfectas para cerrar una comida con una sonrisa. Y, por supuesto, todas pueden pedirse en versión sin gluten en sabores como ternera, pollo, jamón y queso o tomate con albahaca.


Graciana cuenta con varios espacios en Madrid: su local de Noviciado, 9, el obrador en Collado Villalba, presencia en Arzábal Reina Sofía y también en Blessing Torrelodones. En cualquiera de ellos la propuesta es la misma: autenticidad, creatividad y tradición argentina llevada al siguiente nivel.


Sin duda, probar las empanadas de Graciana es vivir una experiencia. Y cada bocado es una prueba de por qué sus “Gracianas” son únicas.


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