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Cómo organizar tu cocina como si fueras Marie Kondo, pero en versión foodie


Cómo organizar cocina como Marie Kondo 2025 (GastrHOGAR) - GastroSpain (1)

Una cocina bien organizada no solo es sinónimo de funcionalidad, también puede ser una fuente inagotable de inspiración culinaria. ¿Te imaginas abrir la puerta de tu cocina y sentirte como en el plató de tu programa de cocina favorito? Ese espacio donde todo está limpio, dispuesto y en su sitio, donde los ingredientes te llaman por su color y orden, y los utensilios parecen esperar el momento exacto en el que tú los necesitas. Esa sensación de orden, armonía y belleza no solo facilita cocinar: hace que apetezca cocinar. Hoy te proponemos reorganizar tu cocina con el enfoque minimalista y emocional de Marie Kondo, pero adaptado al mundo foodie: práctico, estético y pensado para disfrutar cocinando.


Aplicar esta filosofía no implica convertir tu cocina en un lugar frío ni despojarte de tu personalidad culinaria, sino todo lo contrario. Se trata de quedarte con lo esencial, con aquello que usas, te inspira y despierta ganas de crear. Como haría Kondo, revisa cada objeto preguntándote si realmente te sirve, pero en este caso añade otra pregunta clave: ¿me impulsa a cocinar mejor? Una cocina bien pensada puede elevar incluso las tareas más rutinarias, desde pelar ajos hasta servir un desayuno entre semana.


Y cuando el espacio invita a la acción, cocinar deja de ser una obligación para convertirse en placer. Esta mirada foodie del orden no solo ahorra tiempo y espacio, sino que transforma el acto de cocinar en una experiencia sensorial y emocional.



El primer paso para lograrlo es hacer inventario con honestidad culinaria. Abre armarios, cajones, la despensa y la nevera. Revisa esos utensilios que duermen en el fondo desde hace años, las especias caducadas, las harinas olvidadas. Sé brutalmente honesto: ¿Cuántas tablas de cortar necesitas realmente? ¿Ese sifón de nata lo has usado más de una vez? Como diría Marie, quédate solo con lo que "despierte alegría"... O, en este caso, con lo que realmente usas para crear platos memorables. Después, organiza la cocina por zonas con lógica gastronómica. Piensa en estaciones, como en un restaurante: zona de mise en place, de cocción, de repostería, de café, rincón de fermentados o especias exóticas. Esta distribución ayuda a que todo fluya con naturalidad, y puedes delimitar visualmente los espacios con bandejas, estantes o cestas, sin renunciar al estilo.


El almacenaje también juega un papel crucial. Los tarros de cristal con etiquetas bonitas ya no son solo una tendencia de Pinterest, sino una solución práctica para ordenar y, al mismo tiempo, embellecer. Lentejas beluga, harinas especiales, pasta artesanal... Todos estos productos lucen mejor en envases transparentes que en sus paquetes arrugados del supermercado. Busca frascos apilables, botes herméticos, unifica el estilo de etiquetas y dale protagonismo visual a tus ingredientes. La cocina también puede comunicar a través de lo que se ve y se intuye: una despensa ordenada invita a cocinar de forma más variada, consciente y creativa.


Incluso la nevera puede ser un espacio que inspire. Las neveras de exhibición, con puerta de cristal al estilo restaurante, están ganando terreno en cocinas particulares. Tener a la vista tus quesos artesanos, embutidos ibéricos, fermentos caseros o sobras organizadas no solo es útil, sino estéticamente estimulante. Eso sí, exige mantener un orden constante, con agrupaciones por categoría, cajones transparentes y bandejas extraíbles. La transparencia implica compromiso con la belleza del orden cotidiano.



Y hablando de belleza: no tengas miedo a mostrar tu universo culinario. ¿Tienes una vajilla de cerámica artesanal que te encanta, copas de vino Riedel o ese mortero de mármol que heredaste? Sácalos a la luz. Los armarios abiertos o vitrinas con puertas de vidrio son perfectos para exhibir lo que amas. Cuando los utensilios se convierten en decoración, cocinar se transforma también en una experiencia estética.


No olvides que el orden en la cocina también apela a los sentidos. Añade un toque de frescura con plantas aromáticas cerca de la ventana. Aprovecha al máximo la luz natural, o crea ambientes agradables con luces cálidas que inviten a quedarse. Texturas como la madera, el lino o la cerámica artesanal aportan calidez y autenticidad. Un entorno acogedor no solo embellece: estimula la creatividad gastronómica y hace que apetezca cocinar incluso un lunes por la noche.


Ordenar no es solo poner cada cosa en su lugar. Es repensar tu cocina como un espacio que te representa, que te inspira y que te invita a volver una y otra vez. Como dice Marie Kondo: "Rodéate solo de lo que te da alegría". Pero si además te da hambre, mucho mejor.


 
 
 

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